Manos: la puerta al mundo para los bebés
Las manos y la visión son el medio a través del cual el cerebro de un bebé aprende del mundo que lo rodea. Durante el primer año de vida, el control y habilidad de sus manos experimentan una increíble evolución. Veamos cómo evolucionan y cómo puedes estimular su desarrollo.
Desde el nacimiento, el bebé no tiene control intencional sobre sus movimientos. Su cuerpo se rige por reflejos y movimientos automáticos, algunos espontáneos y otros en respuesta a ciertos estímulos. Los movimientos siguen siendo involuntarios hasta los 3 meses: los brazos y el tronco se mueven de forma espontánea, las manos y los pies realizan movimientos rítmicos que reflejan un sistema nervioso saludable. En este periodo también aparece el primer “agarre”, un reflejo automático que consiste en el cierre de la mano al contacto con la palma.
A partir de los 4 meses, algo cambia en el cerebro del bebé: surge la intención de hacer cosas. Comienza a observar sus manos, intenta tocar a sus padres y realiza sus primeros agarres voluntarios. Este avance es significativo para su coordinación y control corporal.
Esta etapa es ideal para estimular al bebé colocando juguetes a ambos lados de su cuerpo, lo cual ayuda a desarrollar la habilidad de girar y enfocar la mirada y las manos. Además, al estar boca abajo, el bebé empieza a levantar la cabeza y el tronco, lo que fortalece sus brazos y lo prepara para gatear. Todo lo que aprende en estos meses es fundamental para su comprensión del mundo a través de la visión y el tacto.
Alrededor de los 6 meses, el bebé empieza a controlar el agarre, lo cual es clave para explorar texturas y, más adelante, la alimentación.
A los 9 meses, el bebé da un gran salto en el desarrollo de sus manos con el “agarre en pinza”, usando el pulgar y el índice para tomar objetos pequeños. Esta habilidad marca el inicio de su capacidad de desarrollo para manipular, agitar y explorar con precisión. Este progreso permitirá más adelante tareas complejas como abrochar botones, hacer nudos o sostener un lápiz.
Cada etapa en la evolución de las manos del bebé es una ventana de aprendizaje. Consulta con especialistas si notas algún retraso, ya que la intervención temprana es clave para un desarrollo óptimo.
Papá desde el principio:
cómo involucrarte en el embarazo
La participación del padre en el embarazo es esencial para fortalecer el vínculo familiar. Estar presente e involucrarse en las citas médicas permite conocer la evolución del bebé y vivir momentos únicos que crean lazos entre padre e hijo.
El apoyo emocional a la madre es fundamental; escuchar y ser paciente ayuda a reducir el estrés y beneficia al bebé. Prepararse para el nacimiento, aprender a armar la cuna o decidir sobre detalles del parto, también contribuye a esta conexión.
Desde el segundo trimestre, el papá puede hablarle al bebé, cantarle o acariciar la pancita, estableciendo un vínculo sensorial desde el vientre. Formarse para la paternidad leyendo y asistiendo a talleres brinda confianza para los desafíos futuros. Practicar la paciencia y la autocompasión permite afrontar el rol de padre sin presión por la perfección. Involucrarse desde el embarazo es el primer paso hacia un lazo sólido y duradero con el bebé y la pareja.
Compartir el cuidado del bebé es clave para su bienestar y el de sus pequeños.¿Sientes que a veces la carga es abrumadora? ¿Te preocupa cómo cuidar de ti misma mientras cuidas a tu pequeño? Es totalmente comprensible. Una reciente investigación revela que casi la mitad de las mamás en México se sienten así. Y la abrumadora mayoría coincide en que, si su bienestar se ve afectado, también lo hará su capacidad para cuidar a su bebé.
Mamás bajo presión: una realidad que nos exige actuar.
En la última década, las expectativas sociales sobre las mamás han aumentado, generando más ansiedad y estrés. Muchas sacrifican su salud y bienestar personal para cuidar a sus hijos, lo cual es insostenible a largo plazo.
La falta de sueño es un factor clave: ¡casi 4 de cada 10 mamás pierden 3 horas o más de sueño cada noche! Esto aumenta la presión y dificulta aún más el cuidado personal.
Pidiendo ayuda: un acto de amor propio y hacia el bebé.
Las mamás desean que sus parejas y familiares las apoyen en el cuidado del bebé. Sin embargo, muchas veces la sociedad se muestra renuente a intervenir, por temor a no hacerlo "correctamente".
¡Es hora de cambiar esta mentalidad! Necesitar y pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza y amor propio. Compartir el cuidado del bebé permite a las mamás descansar, recargar energías y cuidar de sí mismas, lo cual beneficia directamente a sus pequeños.
Soluciones para compartir el cuidado con confianza
Philips entiende esta realidad y ofrece soluciones adaptables e intuitivas para que las mamás y sus redes de apoyo compartan el cuidado del bebé con confianza y seguridad. Monitores inteligentes, extractores de leche y biberones facilitan esta tarea, especialmente en los primeros meses y años de vida.
Un llamado a la acción: ¡compartamos el cuidado!
Es fundamental que la sociedad apoye más a las mamás. Debemos romper con la idea de que deben ser “mamás” todo el tiempo y fomentar una cultura de corresponsabilidad en el cuidado de los hijos.
¿Cómo podemos ayudar?
• Comienza la conversación: pregunta a las mamás de tu entorno si necesitan ayuda.
• Ofrece apoyo concreto: cuida al bebé por unas horas, ayuda con las tareas del hogar, prepara un biberón, etc.
• Fomenta la corresponsabilidad: habla con tu pareja, familia y amigos sobre la importancia de compartir el cuidado del bebé.
¡Juntos podemos marcar la diferencia! Compartir el cuidado del bebé es un acto de amor y apoyo hacia las mamás, y una inversión en el bienestar de toda la familia.
¿Qué complicaciones puede ocasionar la gripe?
La gripe tiene una evolución y duración promedio comprendida entre los siete y diez días. Sin embargo, en algunos casos, la tos y el malestar general pueden prolongarse durante varias semanas, especialmente en niños inmunodeprimidos, para los que la recuperación es aún más lenta. Aunque la mayoría de los casos de gripe se resuelven sin complicaciones, en ciertos pacientes es fundamental estar alerta ante la persistencia del síndrome febril, ya que esto podría indicar una complicación.
Una de las complicaciones más comunes son las neumonías bacterianas secundarias a la infección viral. Estas neumonías ocurren cuando los mecanismos de defensa del sistema respiratorio se ven debilitados, facilitando la colonización bacteriana. Este riesgo es especialmente alto en niños con factores predisponentes y en personas mayores. Bacterias como el estafilococo, el haemophilus y el neumococo suelen ser las causantes de estas sobreinfecciones, que en el pasado, antes de los antibióticos, ocasionaron epidemias mortales, como la llamada “gripe española” de 1918.
Además de las neumonías, la gripe puede provocar otras complicaciones graves, especialmente en personas con enfermedades respiratorias previas. Entre ellas se incluyen bronquiolitis, exacerbación del asma o de la fibrosis quística y complicaciones en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas. También puede causar inflamación muscular, así como afectar al músculo cardiaco, la médula espinal y el cerebro. En raras ocasiones, la gripe puede desencadenar el síndrome de Guillain-Barré, que provoca debilidad muscular y, en casos graves, parálisis. Otro riesgo poco común, pero grave, es el síndrome de Reye, que afecta principalmente a niños y causa inflamación del hígado y el cerebro.
Tratamiento para la gripe
La mayoría de los pacientes con gripe se recuperan por sí mismos en aproximadamente una semana. Por ello, el tratamiento suele enfocarse en aliviar los síntomas mediante reposo, hidratación y el uso de antipiréticos y analgésicos para reducir la fiebre, el dolor muscular y el malestar general. Es importante evitar darle aspirina a los niños, ya que esta puede estar relacionada con el síndrome de Reye, aunque otros antipiréticos también se han vinculado a este riesgo en raras ocasiones. Los antibióticos no son efectivos contra la gripe, pero pueden utilizarse en infecciones bacterianas secundarias o en casos de alto riesgo. Recuerda que todo uso de antibiótico tiene que ser recetado por un médico.
Por otro lado, existen medicamentos antivirales que pueden ser efectivos en algunos casos. La Asociación Española de Pediatría (AEP) sugiere el uso de antivirales en situaciones específicas:
- En niños y adolescentes con un riesgo elevado de complicaciones, siempre que las niñas no estén embarazadas.
- En casos de gripe grave en niños y adolescentes.
- En pacientes con compromisos especiales, como exámenes importantes, viajes o competencias deportivas.
- En pacientes que conviven con personas de alto riesgo, donde el uso de antivirales puede disminuir el riesgo de transmisión.
El frío puede ser un gran desafío para la piel delicada de los bebés. Las bajas temperaturas, el viento y el uso constante de calefacción en los hogares tienden a resecar y agrietar la piel, por lo que requiere cuidados especiales. Durante la temporada de frío es esencial prestar atención a los cambios en la piel del bebé y adaptarse a una rutina más cuidadosa para mantenerla suave y saludable.
Los baños largos y con agua caliente, aunque parecen reconfortantes, pueden dañar la piel de tu bebé eliminando los aceites naturales que la protegen. Es recomendable optar por baños cortos que duren entre 5 y 10 minutos y con agua tibia, utilizando jabones suaves diseñados específicamente para bebés. Al salir del baño, seca suavemente su piel sin frotar demasiado. Cuando salgas a la calle, es importante proteger la piel del bebé de los elementos externos. Viste a tu bebé con ropa adecuada, como guantes, gorros y bufandas de materiales suaves y que permitan la transpiración, como el algodón. Este tipo de tela evita que la piel se irrite o se sobrecaliente. No utilices materiales que puedan irritar su piel como la lana o las fibras sintéticas.
Dentro de casa, el uso de la calefacción puede disminuir la humedad del aire, lo que puede resecar la piel de tu bebé. Para evitarlo, utiliza un humidificador en su habitación y asegúrate de mantener un nivel de humedad ideal, entre el 40% y el 60%. Esto no solo beneficia la piel del bebé, sino también sus vías respiratorias, ayudando a evitar problemas de sequedad nasal o irritación.
La ingesta de líquidos también es fundamental para mantener la piel del bebé hidratada desde el interior. Si tu bebé ya consume agua, asegúrate de que beba lo suficiente. Si está en etapa de lactancia, puedes ofrecerle más tomas para ayudar a su hidratación.
La hidratación es clave para proteger la piel delicada de tu bebé, ya que el frío tiende a resecar áreas como las mejillas, las manos, los labios y la nariz que pueden resecarse fácilmente, especialmente si el bebé está congestionado. Aplicar cremas hidratantes y pomadas especiales varias veces al día, sobre todo después del baño, ayuda a mantener la piel suave y protegida. Productos como Aquaphor Pomada reparadora son ideales para reparar y proteger la piel del bebé, asegurando una humectación instantánea y una hidratación duradera, incluso en invierno.
Video: Dientes del bebé:
¿cuándo salen y en qué orden?
¡Los primeros dientecitos son todo un evento! Descubre cuándo salen y el orden de cada uno. ¡Prepárate para cada sonrisa!
Menú saludable en la lactancia
- Varía las frutas en el desayuno para obtener distintos nutrientes.
- Incluye una fuente de proteína en cada comida, como huevo o pavo.
- Opta por carnes blancas o legumbres en el almuerzo.
- Elige verduras cocidas para la cena (al vapor, salteadas o en crema).
- Consume carne roja solo una vez a la semana para asegurar el aporte de hierro.
Cuidados y complicaciones del cordón umbilical
El cordón umbilical del bebé, al estar en proceso de cicatrización, muestra algunos signos que son normales, como la formación de una costra en su extremo o pequeñas cantidades de sangre. Sin embargo, es crucial identificar cualquier señal de alarma que pueda indicar una infección y actuar a tiempo para proteger la salud del recién nacido.
Señales de alarma: Si notas alguno de estos síntomas, es recomendable acudir al médico para una evaluación:
- Piel enrojecida alrededor de la base del cordón.
- Salida de pus o líquido amarillento.
- Mal olor proveniente del cordón.
- Sensibilidad o dolor al tacto en el área del cordón.
- Fiebre en el bebé, acompañada de cambios en su estado de ánimo, como irritabilidad o adormecimiento.
La infección del cordón, conocida como onfalitis, puede ser leve o grave. En los casos leves, generalmente se resuelve con una pomada antibiótica. Sin embargo, si la infección es más grave, es posible que el bebé requiera un tratamiento antibiótico intravenoso e incluso hospitalización.
Otras complicaciones comunes: Además de las infecciones, hay otras complicaciones que pueden requerir atención médica:
- Granuloma umbilical: Es un sobrecrecimiento del tejido alrededor del cordón, que puede ir acompañado de secreción clara o amarillenta. Este granuloma suele aparecer como un pequeño bulto rojo o rosado y, en ocasiones, se trata con “sal común” bajo la supervisión médica.
- Hernia umbilical: Ocurre cuando el tejido abdominal sobresale alrededor del ombligo. En la mayoría de los casos, estas hernias desaparecen solas al cabo de tres años; sin embargo, si persisten, pueden requerir cirugía. Consultar al pediatra ayudará a determinar el tratamiento adecuado.
¿Qué hacer si el cordón umbilical no se cae? La mayoría de los cordones umbilicales se desprenden durante las primeras semanas de vida. No obstante, si después de cuatro semanas el cordón sigue unido y se ve “húmedo” o “tierno”, es importante consultar al pediatra para descartar problemas.
Los retrasos en la caída del cordón son poco frecuentes y suelen deberse a factores benignos, como el uso de antisépticos, un ambiente húmedo o, en algunos casos, la prematuridad del bebé. Sin embargo, es posible que el sistema inmunitario o la anatomía del bebé influyan, por lo que siempre es mejor contar con la evaluación de un profesional.
Mantener una correcta observación del cordón umbilical y conocer las señales de alarma es fundamental en el cuidado del recién nacido. Consultar al pediatra ante cualquier duda garantizará una recuperación sin complicaciones y un inicio saludable para el bebé.
Video: Masajes para bebés,
¿cómo hacerlos y para qué sirven?
¡Mamá, descubre cómo los masajes pueden calmar a tu bebé y fortalecer su vínculo contigo! 💆♀️💖 Aprende paso a paso cómo hacerlo y todos sus beneficios.
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